Los callos en los pies se forman como resultado de uso de calzado incómodo, al embrague o a un exceso de presión constante.
Es uno de los problemas estéticos más comunes entre la población y, en general, se presenta en la zona plantar y la parte inferior del dedo gordo del pie.
Aunque no compromete directamente la salud, no tratarlos pueden causar que la piel se divide y causar infecciones desagradables.
Con el paso del tiempo, por otra parte, tienden a ser doloroso, especialmente cuando seguimos para someter a los pies de los factores que las causan.
La buena noticia es, que hay métodos 100% naturales para combatir de manera efectiva y sin tener que gastar mucho dinero.
Este es el caso de un recurso a partir de la cebolla y el vinagre blanco con propiedades que matan las bacterias y suavizan la piel.
No dude en probarlo!
Remedio natural a base de cebolla y vinagre blanco para eliminar los callos del pie
Para eliminar los callos de los pies, es necesario suavizar la piel dura y eliminar las células muertas de la piel que se acumulan.
La cebolla es un ácido vegetal que cuando se aplica a la piel, nos ayuda a cumplir estos procesos.
A pesar que su fuerte olor no es muy agradable, vale la pena utilizarlo debido a sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas maravillosas.
Se concentra una importante cantidad de vitamina C, potasio, magnesio y ácido fólico , que son esenciales para mantener la piel sana.
También sulfuroso, cuya acción antioxidante promueve la actividad celular para reducir los efectos negativos del daño oxidativo.
Su jugo natural hidrata las zonas secas de la piel, combate las bacterias que causan infecciones y eliminan la dureza.
Junto con las propiedades del vinagre blanco, obtenemos un tratamiento completo para combatir este problema.
El vinagre contiene ácido acético y pequeñas cantidades de vitaminas que ayudan a suavizar la piel sin alterar su pH.
¿Cómo preparar este remedio hecho de cebolla y vinagre blanco?
Este remedio natural es una excelente solución para los problemas que afectan a los pies: callos, durezas, etc.
A pesar de que sus efectos no son tan rápidos como con ciertos medicamentos o productos farmacéuticos, utilizarlo continuamente, puede obtener buenos resultados.
ingredientes
- 1 cebolla de tamaño mediano
- ¾ de taza de vinagre blanco (150 ml)
- botella de vidrio 1
- envoltura de plástico (al gusto)
- almohadilla de algodón
instrucciones
- Pelar y lavar las cebollas para eliminar germinaciones que se acumulan en la superficie.
- Cortar en rodajas y colocar en un recipiente con vinagre blanco.
- Dejar reposar durante 4 a 8 horas y aplicarlo antes de ir a dormir.
Modo de empleo
- Sumergir un trozo de algodón en la preparación y lo frota en los callos de los pies.
- Después de ser cubierto por completo, dejar algodón húmedo con un poco de papel de plástico.
- Póngase un par de calcetines y dejar reposar durante la noche.
- Al día siguiente, enjuague el área con agua tibia y eliminar los callos con una piedra pómez o una lima de uñas.
- Repita el mismo procedimiento para 7 días o cuando el callo desaparece por completo.
Sugerencias para obtener mejores resultados ...
- Recuerde que los ambientes húmedos y cálidos pueden afectar la apariencia de callos hay que tratar de evitarlos.
- Por ninguna razón usted tiene que utilizar pinzas, tijeras o cualquier herramienta similar para quitar el callo.
- Utilice calzado bajo y ventilado, al menos cuando se esté en tratamiento para combatir los callos.
- Reducir al máximo el uso de zapatos de tacón alto , ya que son una de las causas más frecuentes de la formación del callo.
- Para reducir la fricción con los zapatos nuevos, aplique un poco de crema hidratante o vaselina antes de usarlos.
- Regularmente desinfectar sus pies en remojo en un recipiente con agua y vinagre.
- Coloque un exfoliante para los pies en su rutina de belleza.
Siguen los callos en sus pies? Sigue los consejos que hemos enumerado, prueba el tratamiento y podrá comprobar que esta es la mejor manera de hacer que sus pies queden suaves.
Sin embargo, recuerde que usted tiene que ser paciente para obtener los efectos deseados y, sobre todo, ser persistentes en la aplicación del tratamiento.